domingo, 6 de mayo de 2012


Consejos útiles para cuidar la piel de los ‘peques’ en verano




¿Sabes cómo protegerles de los rayos del sol en la piscina o la playa?
Verano, vacaciones y… ¡sol! A la hora de armarse con el cubo, la pala y la toalla de baño, nunca está de más saberse al dedillo las recomendaciones básicas de los pediatras en relación a la protección solar de los más pequeños. La piel de los ‘peques’ es más frágil y delicada que la de los mayores, y es por eso que muchas veces mil ojos no sean suficientes a la hora de evitar que se quemen o sufran una insolación mientras juegan al sol. 

Una de las reglas de oro es que muchas veces no basta con aplicarles el protector solar pediátrico: muchos niños, especialmente aquellos con la piel más blanquita, necesitan que se les cubra también con ropa opaca pero fresca, que frene el paso de los dañinos rayos UVA y UVB. Los sombreros de ala ancha, pensados para cubrir la cabeza, las orejas y el cuello, y las gafas de sol homologadas son también imprescindibles. A la hora de ir a la playa, además, es importante llevar siempre prendas de repuesto, para que podamos cambiarles, ya que la ropa mojada permite que penetre el doble de radiación que la seca.

Las cremas con índice de protección solar para niños son otro de los must en nuestra bolsa playera: deben tener un factor mínimo de 30, y ser resistentes al agua y la arena. Además, la crema solar debe aplicarse media hora antes de salir de casa, para que penetre bien y haga efecto a tiempo, y, a pesar de que no suela ser la mejor amiga de los niños, es necesario volver a usarla cada dos o tres horas y después de cada chapuzón. Un truco de expertas: prueba con los novedosos fotoprotectores en spray en lugar de las clásicas lociones. 

En lo que respecta a la franja del día a evitar, es la misma en que en los mayores: ‘huye’ de las horas de máxima radiación, entre las 12:00 y las 16:00 horas aproximadamente. Si estás en la playa, no dudes en usar una sombrilla siempre que sea necesario, y lleva siempre agua y líquidos contigo, para reponer fuerzas e hidratar a toda la familia sin tener que salir de la arena. En el caso de los bebés, sobre todo los menores de seis meses, es fundamental no exponerles a la luz solar directa: mantenlos siempre bajo una sombra fresquita, cúbrelos con ropa ligera, y, si te preocupa mucho el sol, aplícales una pantalla solar específica en las zonas que queden al descubierto.

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